
Una de las principales organizaciones que sirve de base para la estructura de cualquier sociedad, la misma que para los españoles se convertirá en su momento en una de las principales instituciones que permitirá establecer y asegurar el dominio de la corona, nos referimos a la iglesia.
Al hablar del desarrollo de ésta importante institución en nuestra comuna, debemos ir a las primeras manifestaciones o atisbos de religiosidad que se dieron en la zona, los cuales, sin lugar a dudas, tendrán su raíz principal en las inmediaciones de Duao, cuando empezó a producirse la colonización española. Muchos escritos coinciden que en aquel lugar habría existido un pueblo de Indígenas a los cuales, Francisco Solano Asta-Buruaga y Cienfuegos, entre otros, citó como los Duau o Duahue, éstos – por medio del sometimiento – fueron entregados a través de encomiendas[1] a los españoles, lo que consistía en la entrega de un grupo de indígenas a esos nobles soldados y servidores leales a la corona que arrogándose grandes méritos se hacían acreedores de tal beneficio. Aunque una de las acciones para fomentar la fe católica en la población indígena, fue efectivamente la encomienda, hay quienes piensan que solo se trató de un método de sometimiento o esclavitud para fines particulares, a través de la cual se pregonaba en una mano con la cruz y en la otra con la espada.
De acuerdo a lo que señala el Obispo Carlos González Cruchaga, en su libro “Haciendo Memoria”, la Parroquia que se instala en las inmediaciones del fuerte alrededor de 1580, habría tenido entre sus precursores al cura doctrinero, don Juan de Hoces. Esta valiosa información, nos habla que debió tratarse sin duda alguna, de los albores de la evangelización en Maule.
El mismo González Cruchaga, cita la Historia de la Iglesia Chilena, escrita por el Ex Arzobispo de Santiago, don Crescente Errázuriz, quien afirma que el 18 de febrero de 1585 el Obispo Diego de Medellín le habría enviado carta al rey, señalando lo siguiente: “Frai Alejandro de Beteta, de la orden de Santo Domingo, sirve la Doctrina de Duao, Perales i Pocoa; el salario son doscientos i ochenta pesos en oro i comida”
Gustavo Opazo Maturana, se refiere trágicamente a la suerte de los primeros misioneros del lugar, cuando narra los acontecimientos posteriores a la batalla de Curalaba, sublevación indígena que arrasó con diferentes fuertes, incluidos el de Duao, del cual señala textual: “Mataron a sus habitantes, entre ellos a fray Juan Muñoz y a fray Cristóbal de Buisa, celosos misioneros, como asimismo al capitán Alonso Salas, que se defendió heroicamente. Los que sobrevivieron fueron hechos prisioneros”.
En suma y resta, las primeras parroquias en establecerse corresponden a San José de Duao. Su génesis habría comenzado a gestarse a partir de 1856, fecha en la que el Arzobispo don Rafael Valentín Valdivieso, erigió a Duao como Viceparroquia de San Agustín de Talca, bajo la advocación de San José. Sin embargo, un 12 de agosto de 1932, bajo el obispado de don Carlos Silva Cotapos, sería erigida como Parroquia, siendo su primer Cura Párroco don Antonio Mora, desempeñándose hasta 1955[2].
La Parroquia San José de Colin, fue nombrada como tal un 17 de enero de 1900, mientras ejercía el obispado Monseñor Mariano Casanova. Su primer líder espiritual habría sido el cura Párroco, don Pacífico Retamal Rojas, quien obró en el ministerio hasta el año 1911.
En lo que respecta a la Parroquia Sagrado Corazón de Maule, la más nueva de todas, Carlos González Cruchaga, señala textual lo siguiente: “Su territorio estaba incluido en la doctrina de Rauquén de 1580-1585. Don Carlos Silva Cotapos el 2 de noviembre de 1928 nombra una comisión para la construcción de la capilla, cuando aun pertenecía a la Parroquia de Colín. El 30 de septiembre de 1959, don Manuel Larrain fijó un territorio tomando de la parroquias de la inmaculada Concepción, Duao y Colín “Ad Experimentun” hasta abril de 1960 para que se constituyera en nueva parroquia el 31 de mayo 1962”.
Religión Protestante
La religión Evangélica comienza sus manifestaciones alrededor de 1945, las que fueron generadas con la llegada a Maule del matrimonio compuesto por don José Morán y la señora María Nieves Andrade, ellos se instalaron en un colectivo o conventillo de propiedad de don Guillermo Silva Neale, ubicado en la calle Balmaceda frente al estadio municipal – donde hoy se ubica el principal centro de salud de la comuna –, y en donde, en una pequeña pieza de madera, se desarrollarían los primeros cultos de alabanza a Dios. Los pioneros de esta religión serían José Espinoza, Francisco Hernández, Aurelia de Sepúlveda y doña Celestina de Arévalo, quienes con mucho ímpetu y gracia divina se darían a la inmensa labor de conquistar fieles a la causa, según datos del censo efectuado en el año 1930, en la recién creada comuna se contabilizaron solo 16 personas que manifestaron su opción protestante.
Los primeros cristianos protestantes de la comuna, siguieron reuniéndose en aquel lugar hasta mediados de 1960, fecha en la cual se crea un nuevo local en el domicilio de un carabinero jubilado de nombre Marcos Loyola, dicha casa se ubicaba en los terrenos donde hoy se emplaza la población San Andrés II. En ese lugar se mantendría hasta mediados de los 70, desde donde nacen nuevas congregaciones, tales como la dirigida por el nuevo pastor Francisco Hernández, la cual se ubica en la esquina de las calles San Martín y Arturo Prat, y otro local que se edifica en la calle Ignacio Serrano, el que con el paso de los años se convertiría en el mayor templo protestante de la comuna.
[1]De acuerdo a lo señalado por Gustavo Opazo Maturana, en su Historia de Talca, la primera Encomienda conocida en la zona fue la del Pueblo indígena de Duao, la cual habría sido entregada al conquistador Juan Ahumada, y posteriormente heredada a don Roque Hurtado y Ahumada en el año 1630.
[2]“Haciendo Memoria”, Carlos González Cruchaga.