Cementerio en Pirque

Cementerio indígena descubierto en el año 2006 en el sector de Pirque

Corrían fríos días del invierno del año 2006 en la localidad de Pirque, ubicada en el camino interior que une a los sectores de Chacarillas y Duao, mientras se realizaba la construcción de una casa, en el Fundo Aurora de propiedad de la familia Espinoza. Al momento de cavar para establecer los cimientos de la vivienda, se encontraron restos óseos a un poco más de un metro de profundidad, causando asombro e inquietud en sus habitantes, razón por la que se hizo la denuncia respectiva para que carabineros se hiciera presente en el lugar y de tal modo determinar el origen de tan espeluznante hallazgo. Al lugar concurrió la Policía de Investigaciones de Chile, quienes fueron los responsables de realizar las primeras pericias para clarificar que no se tratara de un entierro reciente. Luego de esto, el Fiscal dio la orden de levantar las osamentas. En los días posteriores, los propietarios continuaron con los trabajos de construcción, logrando descubrir nuevas osamentas: Ante lo extraño de la situación, procedí a contactarme personalmente con Nelson Gaete González, quien en ese período se desempeñaba como Secretario Regional del Consejo de Monumentos Nacionales, junto a él, visité tal lugar y efectivamente se pudo constatar la existencia de nuevos restos óseos, como restos de alfarería y todo tipo de instrumentales. Al percatarse de la real situación, el funcionario de gobierno contactó a otro profesional de la ciudad de Rancagua, pues según manifestó – y de acuerdo a todas las señales – se podría estar en presencia de un cementerio indígena. Generando un inusitado entusiasmo local, incluso más de una nota de prensa a nivel regional se publicó. Por lo vistoso del hallazgo se procedió a conformar también una cuadrilla con personal municipal, y a realizar trabajos toda la semana siguiente, descubriendo en la faena alrededor de siete cuerpos. Gaete determinó no continuar con las excavaciones, ya que, como él pensó en un momento, el lugar reunía todas las características de un cementerio indígena, situación que era fácil de entender pues cumplía patrones tales como la orientación de los cuerpos (semiflectados y mirando hacía la cordillera), el orden como estaban enterrados y el hallazgo de alfarería.

Para realizar una correcta labor y tratamiento de lo existente, Nelson Gaete, presupuestó un levantamiento arqueológico, el cual tenía un costo que bordeaba los 22 millones de pesos, dinero que lamentablemente no fue aprobado, ya que a nadie le interesaba la presencia de un cementerio indígena en el Maule, aun cuando su estudio hubiera permitido confirmar las raíces fundacionales de la comuna, y también a la región le habría hablado de quienes fueron sus primeros habitantes.

Se hicieron diversas gestiones a fin de alcanzar los apoyos necesarios para conseguir este objetivo, desgraciadamente todos los intentos fueron vanos, hubo muy poco interés de las autoridades de la época, ya que como un mal endémico de esta tierra a muy pocos les importa realmente la historia, porque a veces resulta más fácil y simple vivir el día a día.

De este hallazgo arqueológico, se puede rescatar mucha información, la que obviamente podría ser mucho mayor si se hubiera hecho a través de un estudio más acabado, sin embargo, aun así se puede determinar diferentes situaciones. En primer lugar, Nelson Gaete, afirma que los cuerpos hallados efectivamente corresponderían a aborígenes, esto se logra establecer en virtud a una característica dental de las osamentas, ya que tendrían una pieza denominada diente de pala. En segundo lugar se trataría de un pueblo horticultor, cuya ocupación  podría determinarse en el Período Alfarero Tardío (1.470 a 1.532 d.C.), con reocupación durante el Período Histórico prerepublicano (1.532 a 1.810 d.C.). Además, las características del entierro, serían muy propias de los Picunches, pueblo que habitó la zona, y los restos de alfarería, cuentas, piedras, artefactos fabricados en hueso y unos particulares aros de cobre[1] que se encontró junto a ellos. Otro dato en extremo relevante, es la ubicación de este cementerio indígena, encontrado solo a pasos del fuerte español emplazado en la zona, para defender el vado que el Río Maule otorgaba en las cercanías de Duao, como también, contener las sucesivas revueltas indígenas iniciadas, por lo general, al sur de éste. Esto otorgaría claras señales que la vida entre indígenas y españoles fue más pacífica a este lado del Maule, corroborando las múltiples hipótesis que hablan del tema, entre las cuales se señala que los aborígenes condescendieron con las normas impuestas por los europeos, quienes incluso entregaron una encomienda denominada Duao. Otro antecedente, guarda relación con la escasez de hallazgos de este tipo de cementerios, los que en la región solo contabilizan al de Tutuquén, descubierto ese mismo año.  


[1]Se cree que los indígenas de la zona aprendieron a trabajar los metales como legado Incaico, siendo el cobre el material mayormente utilizado, la plata la empezarían a utilizar con la llegada de los españoles, ya que estos utilizaban la plata como moneda de intercambio, material que luego los indígenas fundían y transformaban en utensilios y adornos. 

Material de Pirque

Todo el material encontrado se halla actualmente en el Consejo de Monumentos Nacionales